10 cosas sobre Toronto que no sabías

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Toronto es uno de los destinos más populares del mundo. Es una ciudad llena de atractivos donde aburrirse es imposible. La gran oferta de ocio que pone a disposición de los turistas, tanto en el núcleo urbano como en los alrededores, hacen de la ciudad uno de los lugares más visitados del mundo.

Hoy os traemos 10 curiosidades sobre la ciudad para que nuestro grupo de estudiantes que pondrá rumbo a tierras torontorianas en un par de semanas conozca un poco mejor el lugar donde disfrutarán de unas vacaciones inolvidables.

  1. Toronto es la quinta ciudad más grande de Norte América.
  2. El nombre de la ciudad deriva del iroqués Tkaronto, que significa «lugar donde los árboles están en el agua».
  3. Toronto es una de las ciudades del mundo más seguras para vivir, dada su baja tasa de criminalidad.
  4. Toronto es la tercera ciudad más multicultural del mundo.
  5. En Toronto se hablan más de 180 idiomas.  Más de un tercio de la población habla un idioma diferente al francés o al inglés. Barrios como Little Italy, Little Portugal o Chinatown ponen esto de manifiesto en sus calles, donde incluso se pueden encontrar señales en dos idiomas.
  6. Las Toronto Islands, un grupo de 15 islas conectadas por puentes a tan solo 10 minutos en ferry de la zona financiera, son el territorio más grande donde no circulan coches en Norte América. Estas islas ofrecen unas vistas espectaculares de la ciudad y la posibilidad de realizar kayak por el lago Ontario.
  7. En Toronto se encuentra la calle más larga del mundo, Yonge Street, que es también donde está situada nuestra escuela de inglés.
  8. Toronto tiene el sistema peatonal subterráneo más grande de América del Norte. Este entramado de tiendas, restaurantes, edificios de oficinas, parkings, hoteles y estaciones de metro y tren de más de 29 km se llama PATH. Es una gran opción para pasar el tiempo en los días más fríos.
  9. Un cuarto de las películas producidas en Hollywood son rodadas en Toronto.
  10. La calle Patrick Street alberga media casa. Un promotor inmobiliario compró todas las viviendas de la calle menos una, ya que los propietarios no estaban dispuestos a vender. Finalmente, la solución que se tomó cuando llegó la hora de derribar los edificios fue demoler solo la otra mitad de la vivienda que sí había conseguido comprar.

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